Gavin Seymour se declaró culpable de un cargo de asesinato en segundo grado relacionado con el incendio que mató a cinco miembros de una familia en el 2020.
DENVER —
Después de una audiencia larga y cargada de emociones el viernes por la tarde, un juez del distrito de Denver condenó a un adolescente a 40 años detrás de las rejas por su papel en un incendio provocado intencionalmente en Denver que mató a cinco miembros de una familia — incluyendo a dos niños pequeños.
Gavin Seymour, que cumplió 16 años antes del incendio mortal en agosto del 2020, fue inmediatamente puesto bajo custodia en el Departamento de Correcciones de Colorado.
“Espero que te describan lo que dejaste atrás”, dijo el amigo de una de las víctimas.
Esto fue una referencia a la forma en que murió la familia: tratando de escapar de un incendio que fue provocado intencionalmente con fósforos y gasolina en medio de la noche mientras dormían el 5 de agosto del 2020.
“Yo revivo el 5 de agosto del 2020 cada día que me despierto”, dijo Seymour antes de ser sentenciado. “Quiero disculparme por mi papel en el incendio. No hay un momento en el que no sienta remordimiento. Desearía que fuera yo en lugar de ellos”.
Djibril “Jibby” Diol, su esposa Adja, de 23 años, y su hija de 21 meses, Khadja, quedaron atrapados dentro de su casa en North Truckee Street y murieron. La hermana de Djibril, Hassan, y su hija de 6 meses, Hawa Beye, también murieron.
Todos sus cuerpos fueron encontrados cerca de la puerta delantera. Otras tres personas sobrevivieron el incendio al saltar de una ventana del segundo piso, según la policía de Denver.
En enero, Seymour, quien ahora tiene 19 años de edad, se declaró culpable de asesinato en segundo grado. A cambio de esta declaración, se desestimaron otros 60 cargos en su contra. Esos cargos incluían múltiples cargos de asesinato en primer grado, intento de asesinato, agresión e incendio provocado.
Como resultado de haberse declarado culpable, se enfrentaba a entre 16 a 40 años entre rejas. Miembros de las familias de las víctimas y de Seymour hablaron durante horas el viernes. Cada lado presentó argumentos a favor de la sentencia mínima o máxima.
La familia de Seymour lo describió como un niño bueno, un “seguidor” que cedió a la presión de sus compañeros.
“Los adolescentes a menudo sucumben a la presión de grupos. Creo que todas nuestras vidas serían diferentes si hubiéramos sido juzgados por un error que cometimos mientras crecíamos”, dijo el padre de Seymour, Michael Shane Seymour.
“Ningunas palabras que pueda decir cambiarán esto o lo mejorará. Rezo por las víctimas de la comunidad de Senegal todos los días”.
Argumentaron que se le debía dar otra oportunidad a Seymour debido a su edad, su inmadurez y su capacidad de rehabilitación. También señalaron que él no tenía antecedentes penales.
“Esta tragedia no define su alma”, dijo su madre, Stephanie Tyler. “Gavin no es un monstruo — él tomó una decisión grave. Está listo para expiar”.
Los familiares y amigos de la familia Diol estaban totalmente en desacuerdo, y algunos de ellos dijeron que solo un monstruo podría hacer algo tan horrible.
“No te mereces la cárcel — te mereces la pena de muerte — pero como no tenemos eso e Colorado, denle lo máximo”, dijo Hapsa Ba.
Hamady Diol, quien testificó por teléfono desde Senegal con la ayuda de un traductor, perdió su hijo, su hija, y sus nietos en el incendio.
“I’m powerless. Soy un ignorante, pero sé que las personas que mató no hubieran podido matar ni a una mosca”, dijo. “Las personas que mató eran mi esperanza y mi vida. Sepa que no mató a cinco personas únicamente — su madre y yo, estamos respirando, pero estamos muertos”.
Otras personas hablaron sobre el gran impacto a la comunidad inmigrante. Inmediatamente después del incendio, sin arrestos ni motivo, muchos temían que el incendio había sido racialmente o religiosamente motivado. Les preocupaba que ellos también fueran asesinados.
“Nadie está en su sano juicio desde aquel día”, dijo un amigo que levantó un par de zapatos de Djibril Diol diciendo que era lo único que le quedaba de su amigo.
“[Están] muertos de miedo porque podrían matarlos en su casa en cualquier momento. Vivimos con esto el resto de nuestras vidas. Ellos [la comunidad de inmigrantes] perdieron la confianza en el sistema. Eso se puede restaurar, aunque sabemos que la [sentencia] máxima no se cumplirá”.
Un amigo dijo que tenía que estar presente en la sentencia porque Djibril Diol le había salvado la vida. Continuó describiendo cómo casi se ahoga en 2018 después de sufrir un calambre mientras nadaba y dijo que fue Diol quien saltó para salvarlo.
“Cada semana veo a “Jibby” mientras duermo, al menos una vez”, dijo. “Voy a vivir con ello el resto de mi vida. Era un gran hombre, el único hijo de su madre, y ahora ya no está”.
Un detective de policía veterano le contó al juez sobre el impacto del caso y la investigación.
“Vemos la muerte todos los días y normalmente aprendemos a vivir con ella”, dijo el detective Niel Baker. “Este caso lo llevaré conmigo para siempre”.
Le contó al juez sobre un compañero oficial que comenzó a llorar mientras describía cómo pateó la puerta de la casa en llamas para encontrar el cuerpo de un niño pequeño justo dentro de la puerta.
“Este es, con diferencia, el peor y más absurdo asesinato que he investigado jamás”, afirmó Baker. “No puedo pensar en nadie que merezca más una sentencia máxima. Cinco personas murieron. Dos bebés. Sus familias están completamente destrozadas”.
Señaló que Seymour y los otros sospechosos, Kevin Bui y Dillon Siebert, habían pasado semanas planeando el incendio como venganza después de que le robaron el teléfono a Bui. Según documentos judiciales, apuntaron a la casa porque creían que pertenecía a alguien que había robado ese teléfono.
El día del incendio, dijo Baker, Seymour buscó noticias sobre el incendio y supo quién había muerto. En lugar de presentarse y hacer lo correcto, dijo, Seymour fue a acampar con Bui y viajó a Cancún con la familia de Bui.
Pasaron cinco meses antes de que la policía pudiera identificarlos y arrestarlos.
El más joven de los sospechosos, Siebert, se declaró culpable en diciembre de 2022 de asesinato en segundo grado y uso de un arma durante un delito violento, lo que contribuyó a mejorar la sentencia.
Fue sentenciado como adulto a siete años en Servicios para Delincuentes Juveniles. También fue sentenciado en un tribunal de menores a cumplir tres años en la División de Servicios para Jóvenes. Cumplirá su condena en Servicios para Infractores Juveniles una vez que se complete su sentencia juvenil.
Siebert también enfrenta una sentencia suspendida de 26 años en los Servicios para Delincuentes Juveniles, que sólo tendría que cumplir si viola los términos de su sentencia de siete años.
Bui deberá comparecer ante el tribunal el 21 de marzo.
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